Por suerte cada vez utilizamos menos papel, un paso adelante en la sostenibilidad y la eficacia en el uso de los recursos naturales. Pero a veces es imprescindible manejar documentos físicos, ya sean apuntes para un examen, documentos oficiales que hay que presentar por escrito o cualquier otro material relacionado con nuestro trabajo.
Y ahí no queda otra que recurrir a las impresoras. Si tenemos una a mano el trámite es fácil, pero si no, comienza la peregrinación: la de la oficina, la de un conocido o familiar, el centro de copistería de dos calles más abajo. En casos de urgencia se puede acudir a uno que funcione 24 horas, pero el precio estará a la altura de nuestras prisas. Todo ello para imprimir un par de folios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario